Gestión de Museos

La Casa Marroquín, ubicada en la hacienda Yerbabuena, acogió los antiguos museos Etnográfico y Literario, ahora reunidos como el Museo de Yerbabuena. Su museografía, actualmente en desarrollo junto a los guiones, se compone de salas clasificadas en dos categorías: por un lado, las recreaciones de espacios de las viviendas de los siglos XVIII y XIX, como el espacio de la cocina y el comedor; por otro, los espacios expositivos que tratan temas particulares, como el lenguaje y la política, la producción literaria o los tratamientos médicos en la Colombia del siglo XIX. Desde el año 2012 el Museo cerró sus puertas para iniciar el proceso de restauración y de renovación museológica y museográfica.

El desarrollo de las obras de restauración de un inmueble comprende, además de las labores propias de la obra civil, un conjunto de trabajos de investigación. Estos estudios y documentos dan cuenta del pasado y de las condiciones actuales de la edificación; comprenden tanto estudios históricos, como exploraciones in situ para trazar las configuraciones preliminares y el estado presente de los espacios y elementos. Al restaurar una edificación es poco frecuente encontrar un estado o un momento en el tiempo que podamos llamar “original”. En una propiedad como la Casa Marroquín Osorio mantener esta idea ha sido fundamental, así como preguntarnos ¿cuál fue la mejor época de la casa?; o, a finales del siglo XVII, cuando no existía el ala más nueva de la casa, ¿cómo eran sus decorados?, ¿tendría papel tapiz o pintura?

La revisión de distintos documentos que se encuentran en archivos históricos, así como de fotografías, escrituras, diarios y cartas de los habitantes de este inmueble, nos ha permitido entender su evolución y, en muchos casos, las razones de dichos habitantes para modificarlo. De otro lado, las indagaciones en el propio inmueble permiten comprender el sustrato material de la construcción, las técnicas que permitieron darle forma, y encontrar elementos de los cuales no se tienen registros documentales. Las exploraciones murales, por ejemplo, permiten ver las sucesivas capas de acabados y sustratos de la casa en sus diferentes épocas. Los estudios de sanidad de madera permiten conocer el estado de las piezas que conforman la estructura de la casa para determinar cuáles pueden seguir dando sustento a la estructura y cuáles deben ser tratados o reemplazados. Estos documentos en conjunto ofrecen una visión global del inmueble y hacen posible la creación de una hoja de ruta para todas las decisiones que configurarán el proceso de restauración.