“Las culturas, las artes y los saberes son la llave de un verdadero cambio y desarrollo social del país”: Juan David Correa

Fotografía de Juan David Correa, ministro de las Culturas de Colombia.

Por 360radio.com.co

El ministro de las Culturas destaca la importancia vital de la diversidad cultural y el papel transformador de las artes y los saberes. Además, revela estrategias innovadoras para promover la inclusión, la economía cultural y la paz en un país marcado por décadas de violencia.

360 Revista: ¿cuál es su visión sobre el papel de la cultura en el desarrollo social y económico del país?

Juan David Correa: las culturas, las artes y los saberes son la llave de un verdadero cambio y desarrollo social del país. Es gracias a la resistencia cultural, a los procesos sociales y comunitarios, a la resiliencia de los artistas y a la determinación de los sabedores que muchas regiones de Colombia aún conservan la esperanza a pesar del impacto producido por la violencia y la guerra que hemos vivido durante estos 70 años largos. La política cultural y la institucionalidad en el ámbito cultural han establecido un sistema de trabajo virtuoso. Aunque es necesario transformarlo, actualmente sirve como un modelo destacado en áreas como el cine, el libro, las bibliotecas, los museos y los patrimonios. Este modelo ha generado sistemas, programas y leyes que han convertido a las industrias culturales en sectores fuertes y organizados. Además, han desarrollado miradas críticas y formas de organización económicas, populares y solidarias. El objetivo es continuar impulsando el crecimiento de este Ministerio. 

360 Revista: ¿qué iniciativas o proyectos está liderando su Ministerio para promover la diversidad cultural en Colombia?

Juan David Correa: nuestras seis estrategias, que a su vez reúnen los programas de las direcciones del Ministerio (artes, audiovisuales, economía popular, patrimonio, poblaciones, fomento regional y estímulos) y sus entidades adscritas (Museo Nacional y su red de museos; Biblioteca Nacional y su red de bibliotecas públicas; Archivo General de la Nación; ICANH; Instituto Caro y Cuervo), obedecen precisamente a la idea de insistir en que la diversidad es el principal valor que tiene nuestra sociedad, y su verdadera fuerza para avanzar desde el reconocimiento de nuestras diferencias, sensibilidades, idiomas y geografías. “Formación artística y cultural”: si no insistimos en que la educación en la sensibilidad, la música y las artes desde la primera infancia es definitiva y es allí donde podemos sembrar unas lógicas distintas de transformación, vamos a seguir pensando políticas para adultos y no para quienes representan el futuro de nuestras naciones. 

La segunda estrategia se llama “Infraestructuras culturales para la vida”. Vivimos una crisis de infraestructuras culturales en nuestro país, pero el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes no puede ser el único responsable de esto. Por eso, hemos extendido una invitación a las instituciones territoriales, como alcaldías y gobernaciones, para llevar a cabo un ambicioso plan en el cual ellas participen activamente, así como la creación de cinco oficinas regionales el próximo año. Aquí la cooperación internacional será definitiva en construir otro tipo de infraestructuras más cercanas a nuestros territorios. Si nos quedamos esperando los grandes museos y las grandes catedrales, no vamos a hacer infraestructuras acordes a nuestra naturaleza, a nuestra vida, a nuestras sensibilidades.

La tercera estrategia pasa por concebir una verdadera “Economía popular del cuidado”, una economía mediante la cual hagamos funcionar los sistemas y métodos de intercambio cultural de la mayoría del país. En el caso colombiano, casi el 80 % de la población vive en una mal llamada “economía informal” —que es la verdadera economía formal— porque solo el 20 % tiene todas las condiciones formales de empleo y bancarización. Creemos en la importancia de reconocer la economía popular, respaldando sus sistemas de intercambio social. Para lograrlo, buscamos facilitar el acceso a créditos a través de las entidades bancarias estatales y promover la tarjeta de afinidad ‘Soy Cultura’. Esta iniciativa beneficiará gradualmente a 160,000 personas censadas como gestores culturales a partir de diciembre. La tarjeta ofrecerá una variedad de servicios mediante convenios con sectores públicos y privados, que incluyen telefonía celular, acceso a créditos en bancas de microcrédito, sistemas de correo más asequibles, entre otros. Esta estrategia tiene como objetivo reconocer y fortalecer una economía que promueva la vida, buscando evitar los créditos ilegales con intereses usurarios que generan violencia. Así, concebimos las prácticas y los saberes en el territorio como elementos clave para el desarrollo de una auténtica economía cultural.

La cuarta estrategia la hemos llamado “Memorias, saberes y territorios bioculturales”: tenemos que llegar con todas nuestras capacidades institucionales al territorio. No podemos seguir llegando programa tras programa: bibliotecas por un lado, cine por el otro, literatura por el otro, patrimonio por el otro. El territorio es biocultural y lo definen los hombres y las mujeres en su relación con la naturaleza y su manera de crear símbolos alrededor de ello. Para esto, implementaremos sucesivos pilotos en municipios PDET, o con conflictividades apremiantes, como La Guajira, Tumaco, Armero y Barranca este año, y cada mes y medio uno más, llegando con todas las direcciones del Ministerio y con apoyos interinstitucionales.

La quinta estrategia es definitiva para la idea con la cual comencé esta intervención y se llama “Cultura de paz”: o generamos una verdadera cultura de paz y tenemos la paz como un centro de nuestras discusiones culturales o no vamos a cambiar ni a transformar nada. La paz es poder vivir en el disenso sin violencia. La paz es suscitar espacios en los cuales los conflictos se puedan resolver a través de la imaginación moral. Para ello trabajamos con varios funcionarios encargados de los Pactos culturales por la paz —mencionados en el anterior apartado de “Territorios bioculturales”—, las relaciones con otras instituciones como ministerios y direcciones, el reconocimiento de las víctimas y el cumplimiento de decenas de sentencias judiciales con derechos culturales que el Estado no ha atendido.

 Y, finalmente, y con esto termino, Colombia se ofrece y quiere establecer una cooperación con todos ustedes, creando una verdadera red para compartir saberes en Iberoamérica, aprovechando las fortalezas de cada país en beneficio de todas y todos, con la estrategia “Colombia, potencia cultural de la vida”. Para esto trabajaremos, junto con la cancillería colombiana, en una estrategia de circulación global de nuestro patrimonio y nuestra cultura, así como en la implementación de convenios de cooperación con países diversos para apoyos concretos en todos los temas anteriormente mencionados.

360 Revista: ¿cómo aborda el Ministerio la preservación del patrimonio cultural y la promoción de las artes tradicionales en un mundo cada vez más globalizado?

Juan David Correa: los enfoques anteriores responden a esta pregunta: a través de nuestra dirección de patrimonio y nuestra dirección de artes, garantizamos la preservación, cuidado y promoción de nuestro patrimonio entendido en una lógica amplia, que incluye no solo lo mueble e inmueble, sino su relación profunda y consustancial con las comunidades. Y en el caso de las artes, a través de sus áreas de trabajo —danza, literatura, teatro, circo, artes plásticas y visuales— y de más de 9.000 estímulos a grupos, gestores y artistas colombianos en diversas categorías.

360 Revista: ¿de qué manera el Ministerio de las Culturas está apoyando a los artistas emergentes y a las comunidades locales para fomentar la creatividad y el desarrollo artístico?

Juan David Correa: este año abrimos el reconocimiento a las organizaciones culturales, agrupaciones y colectivos en el territorio colombiano, en un número de 500 reconocimientos, cada uno por 50 millones de pesos. Además, reconocimos más de 400 colectivos de jóvenes por un valor de 5.000 millones de pesos.

360 Revista: ¿Cuál es su enfoque para promover la accesibilidad cultural y hacer que la cultura sea más inclusiva para todas las poblaciones, incluyendo a aquellos en áreas remotas o con recursos limitados?

Juan David Correa: El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes está replanteando su propia manera de trabajar más desde el territorio que desde el escritorio. Por eso, nuestras direcciones están en contacto permanente con la mayoría de comunidades y habitantes presentes en los 32 departamentos. A través de los pactos culturales por la paz, que se realizan en el marco de la estrategia cultura de paz, nos trasladamos durante semanas a establecer pactos vinculantes y presupuestales con las comunidades. Eso lo hicimos en Tumaco, donde dejamos una inversión de 17 mil millones de pesos para un año, y en Barrancabermeja, el pasado 9 de diciembre, y lo haremos cada mes y medio en un municipio con especial conflictividad social, en la cual debamos intervenir. Además de estos programas y estrategias, llegamos con Bibliotecas Públicas y promoción de lectura a todos los municipios colombianos y tenemos una red consolidada en ese sentido, así como con Museos, estrategias de gobernanza cultural para formar comunidades en la manera de gestionar su propio destino, a través de diplomados de formación en tal sentido.

360 Revista: Y con base en lo anterior, ¿cómo institucionalizar la cultura?

Juan David Correa: La cultura colombiana tiene en el Ministerio, las Secretarías de cultura, las asambleas, los colectivos y un sinnúmero de agrupaciones, son ya la institucionalidad cultural del país. Ahora corresponde, ante un momento de transformación, insistir en que el cambio debe ser un cambio de formas que privilegien el cuidado, y el uso riguroso y sagrado de los recursos públicos.

360 Revista: finalmente, ¿cuáles son los planes futuros del Ministerio para fortalecer la identidad cultural y el reconocimiento internacional de la diversidad cultural colombiana?

Juan David Correa: se avecina un año lleno de desafíos significativos: iniciaremos una serie de reformas que abarcará la Ley General de Cultura, la Ley del Libro, la discusión sobre el Estatuto del Artista y la reforma laboral, entre muchos otros temas. Estas reformas buscan fortalecer la identidad del país e impulsar su inclusión en un relato nacional más complejo y diverso, abordando cuestiones estructurales como el racismo, el patriarcado, el clasismo y la misoginia. De esta forma, será determinante que Colombia se tome en serio el asunto de la diplomacia cultural a través del reconocimiento de miles de artistas y gestores que conforman una diáspora organizada que tenemos que reconocer. Además, propondremos una serie de conversaciones globales, en asuntos como la emergencia climática, el extractivismo y el colonialismo —a través del centenario de la novela La Vorágine—, el intercambio de saberes a través de acuerdos y becas, la circulación de nuestras artistas en eventos internacionales como ferias y congresos, y una serie de presencias fuera del país que demostrarán la inmensa diversidad Colombia.

Este contenido hace parte de la octava edición de Revista 360, que cuenta con la participación de más de 70 invitados de todos los principales sectores económicos, productivos y políticos de Colombia. Ministros, líderes gremiales, líderes en áreas de la construcción, sectores bancarios, logística e infraestructura, telecomunicaciones, gobernantes regionales, analistas, economistas, entre otros.

 

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